Las isoflavonas son capaces de fijarse a los receptores estrogénicos,
pero su afinidad es menor que la del 17-beta-estradiol. Esta afinidad varía en
función de:
- El receptor estrogénico considerado: existen dos subtipos de receptores estrogénicos: alfa y beta. Los fitoestrogénos parecen tener mayor afinidad por los receptores beta, lo cual puede explicar el efecto positivo sobre el sistema nervioso central, los vasos sanguíneos y el hueso, mientras que apenas tienen efecto sobre la mam y el tejido endometrial.
- El nível de estrógeno endógeno, de manera que en una mujer prémenopáusica con nivel de estrógenos circulantes altos, las isoflavonas pueden actuar como antagonistas estrogénicos y, en cambio, en mujeres postmenopáusicas con niveles de estrógenos bajos, las isoflavonas pueden actuar como agonistas estrogénicos.
Los estudios científicos sobre el uso de soja como alimento o en
extractos purificados para el tratamiento de los síntomas de la menopausia
presentan una gran disparidad de resultados. Parece ser que las mujeres con
síntomas vasomotores más severos son las que más se beneficiarían de la
suplementación con isoflavonas.