Muchos estudios han comprobado que el ejercicio contribuye a enlentecer la pérdida de masa ósea.
No todo el tipo de ejercicio consigue los mismos beneficios. Para el mantenimiento de la densidad mineral ósea se recomienda un entrenamiento con altas cargas y programas de larga duración.
Caminar es uno de los ejercicios más asequibles y que ha demostrado su eficacia para enlentecer la pérdida de masa ósea, tanto en la columna como en la cadera. Se trata de una actividad en la que se soporta el peso corporal y que puede realizar la mayoría de las personas.
Ejercicio Físico y Osteoporosis |
Las recomendaciones de ejercicio en personas con osteoporosis o con alto riesgo de desarrollar la enfermedad deben incluir un entrenamiento de fuerza, que genere suficiente estrés mecánico en el hueso, sobre todo ejercicios con cargas altas y pocas repeticiones y, además, ejercicios de equilibrio para prevenir las caídas.
A pesar de los efectos beneficiosos del ejercicio físico con impacto para el hueso, el ejercicio debe adaptarse a la condición física de cada persona. Se debe considerar que aunque el ejercicio con impacto se asocia a una mayor masa ósea y densidad mineral ósea en las regiones sometidas a carga, puede ser contraproducente para las articulaciones y provoca un mayor riego de artrosis, por tanto, en la mayoría de los casos, no es recomendable el ejercicio con impacto, como saltos.
Hay que tener en cuenta que el ejercicio físico debe ser regular y continuado: las ganancias en la densidad ósea sólo se mantienen si el ejercicio es continuado, además, se necesitan de 9 a 12 meses para producir cambios significativos de la masa ósea.
Sin duda, para personas con osteoporosis el ejercicio es el mejor aliado, aparte de las ganancias significativas de masa ósea, la práctica regular de ejercicio reduce los factores de riesgo cardiovascular, mejora la fuerza y el equilibrio, reduce el riesgo de caída, reduce el dolor y mejora la postura.